El aceite de ricino o aceite de castor Ricinus Communis (Castor) Seed oil, se ha utilizado durante miles de años para nutrir el pelo seco o dañado y estimular su crecimiento. También es apreciado para fortalecer las uñas y un buen dispersante de pigmentos en cosmética que lo hacen adecuado en las formulaciones de pintalabios.
Sus características se deben a su alto contenido en ácido ricinoleico, un ácido graso insaturado que le aporta su característica untuosidad, alta densidad, solubilidad y resistencia al calor.
En la piel puede aportar nutrición, hidratar e incluso combatir el acné por sus propiedades antimicrobianas, sin embargo, no se utiliza habitualmente por que puede ser irritante y otros aceites vegetales aportan hidratación y nutrición a la piel de forma más suave y efectiva.
Es por lo tanto más habitual encontrar ingredientes de uso cosmético obtenidos a partir de este aceite, por ejemplo: el Cetyl Rinoleate, Ethyl Ricinoleate, Glyceryl Ricinoleate, Glcyol Ricinoleate, Hydrogenated Castor Oil, Potassium Ricinoleate, Zinc Ricinoleate,… entre las funciones que cada uno de ellos puede aportar encontramos la de estabilizar, emulsionar, generar espuma, opacificar, actuar como agente de consistencia o incluso actuar como desodorante,…
En nuestro laboratorio utilizamos un producto que nos gusta mucho, derivado de aceite de ricino, en nuestro Champú Go Organic para pelo seco porque entre todos los ingredientes naturales alternativa a las siliconas que probamos en la fórmula es el que más nos gustó, es 100% natural, biodegradeble, certificado Cosmos y el que demostró aportar mayor suavidad e hidratación además de facilitar el peinado y mejorar el encrespamiento.